El día 06 de marzo de 2019 tuvimos la alegría de compartir con los mayores de la Residencia Hermanitas de los Pobres Plasencia, un convivio de gran provecho para todos, además de poder confortarles distribuyendo un bonito recuerdo de la Medalla de Milagrosa. Estando juntos a ellos fue de gran ayuda para soportar los sufrimientos que estaban viviendo.
La importancia de cuidar de nuestros mayores y enfermos. Como cristianos, tenemos el deber de amar y cuidar a nuestros hermanos y hermanas más vulnerables en la sociedad, especialmente a aquellos que enfrentan dificultades debido a la edad o la enfermedad.
En nuestras vidas cotidianas, a menudo nos encontramos con personas mayores o enfermas que necesitan nuestra ayuda. Puede ser un vecino anciano que vive solo, un pariente enfermo que necesita atención médica o un amigo que enfrenta un problema de salud. Debemos estar dispuestos a ofrecer nuestra ayuda y apoyo en estos momentos.
Jesús nos enseñó a amar a nuestros vecinos como a nosotros mismos, y esto incluye a nuestros mayores y enfermos. Al cuidar de ellos, estamos mostrando el amor y la compasión que Dios tiene por cada uno de nosotros. Además, cuando cuidamos de los enfermos y mayores, estamos sirviendo a Cristo mismo, quien dijo: «En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis» (Mateo 25:40).
En nuestra sociedad actual, a menudo vemos a los mayores y enfermos como una carga para la economía y para la sociedad en general. Pero como cristianos, debemos recordar que cada persona es valiosa e importante a los ojos de Dios, independientemente de su edad o estado de salud. Cada vida es un don precioso que debemos proteger y cuidar.
Por lo tanto, los invito a reflexionar sobre cómo podemos cuidar mejor de nuestros mayores y enfermos. Podemos ofrecer nuestra ayuda en tareas diarias, visitarlos en su soledad, o simplemente estar disponibles para escuchar y apoyarlos. De esta manera, podemos demostrar nuestro amor y cuidado hacia ellos y cumplir con nuestro deber como cristianos de ser instrumentos del amor y la misericordia de Dios en el mundo.
Que el Señor nos dé la gracia de ser generosos y compasivos con aquellos que más necesitan de nuestra ayuda.